viernes, 25 de enero de 2019

De noche en la selva

Nota del Autor (OLL). Hay experiencias y sensaciones en la vida que, sin tener del todo claro el porqué, nos atrapan para siempre y, en un sitio preferente, se quedan guardadas en nuestro armario espiritual. Son recuerdos que nunca nos abandonarán y, de forma recurrente, acudirán a nosotros en aquellos buenos momentos compartidos con amigos, familia, simplemente compañeros de fatiga, o con quien quiera esté dispuesto a compartir con nosotros un agradable rato de placentera conversación.


Resulta curioso, pero a menudo esas prácticas vitales, que dejan tan indeleble huella en el ánimo y en el alma, suelen ser aquellas que nos retrotraen en el tiempo o son vividas en entornos donde una naturaleza salvaje nos muestra los escenarios en los que nuestros antepasados o nuestros ancestros evolutivos, desarrollaron su vida.


Por Ángel Alonso (OLL)

Con el discurrir de la evolución los humanos fuimos optando por desarrollar nuestra actividad con la luz del sol y consagrarnos al descanso durante la noche. Pero quizás hubo que esperar hasta el descubrimiento del fuego para, además, dedicarnos a las reuniones sociales entorno a una hoguera, a la liberación de la imaginación, a la espiritualidad, a la transmisión de la experiencia colectiva, al entretenimiento y, por qué no, también a la magia.