Nota
del Autor (OLL).
Hace ahora tres años, tuve el privilegio de vivir la Semana Santa junto a un
grupo de legionarios españoles, encargado de instruir al ejército iraquí en el
campo de adiestramiento militar de Besmayah, al sureste de Bagdad. Por la
peculiaridad del escenario y por su alta espiritualidad, aquella fue una
experiencia única que siempre recordaré. Lo que viene a continuación fue la
crónica que, al día siguiente, en la mañana del sábado 4 de abril de 2015, envié
para España… Este fue el relato…
Por
Ángel Alonso (OLL)
Al redoble del tambor y al toque de las
cornetas, el Cristo de la Buena Muerte
también procesionó bajo la luna iraquí, en la noche del Viernes Santo.
El sentimiento y el fervor religioso
obraron el milagro de que, por espacio de más de dos horas, las distancias
desapareciesen y los rincones de la Base Española Gran Capitán se transformasen
en las calles de Málaga en Semana Santa… Pero también de Sevilla, Salamanca,
Valladolid o el mismísimo San Juan de Puerto Rico…