martes, 3 de noviembre de 2020

La tumba de Gengis Khan

Tras la pista de uno de los grandes secretos de la historia

Cuenta la leyenda que Gengis Khan auguró que el día en que se encontrasen sus restos, la nación mongola desaparecería.

Por Ángel Alonso (OLL)

Su nombre inspiró terror desde el Océano Pacífico a Europa del Este, y desde la tundra siberiana, a las junglas de la India. Antes de convertirse en el rey de reyes de los mongoles y lanzarse a la conquista del mundo, tan sólo era conocido con el nombre de Temujin, que podría significar algo así como “forjador de hierro y acero fino”. Un coágulo de nacimiento en una mano auguró que sería un gran líder.

Corría el mes de agosto de 1227, cuando Zhao Xian, rey de Xia del Oeste, rendía sus armas ante el hombre más poderoso del planeta, el Emperador de la Tierra y Señor de todos los Océanos, el rey de reyes de los mongoles, el hombre que casi ochocientos años después el prestigioso diario estadounidense Washington Post considerase como el personaje más influyente del segundo milenio… Gengis Khan.

Zhao Xian acudió al campamento del Gran Khan cargado de todo tipo de valiosos presentes, hombres, mujeres, camellos y caballos, con la esperanza de que Señor de los mongoles aceptase la rendición y perdonase la vida a Zhao Xian y a sus súbditos. Pero Gengis Khan no apareció en la cita y, dicen, permaneció indispuesto en el interior de su ger imperial durante la ceremonia de la rendición. Tres días después Zhao Xian fue ejecutado y todo su pueblo fue exterminado de la faz de la Tierra.

Tras aquello el ejército mongol levantó el campamento e inició el camino de regreso a Mongolia y dicen la crónica oficial de los mongoles que, durante el viaje, Gengis Khan murió. Sin embargo, otras versiones aseguran que Temujin, su verdadero nombre, había muerto antes de la rendición de Zhao Xian y que la noticia fue ocultada por temor a las consecuencias que pudiera acarrear en plena campaña contra los tanguts. 

Las causas de su muerte tampoco están nada claras… Hay quien dice que bien pudo fallecer como consecuencia de las heridas sufridas al caer de su caballo durante una cacería, o también se podría dar por cierta la versión por la que el supremo jefe mongol murió el 18 de agosto 1227, postrado en el lecho de su ger imperial, por causa del tifus.

Sea como fuere, parece ser que la comitiva se puso en marcha hacia un destino que el propio Gengis Khan ya había elegido con anterioridad, posiblemente en la actual provincia mongola de Henti, el lugar en el que creció. Según una de las leyendas que nos han llegado hasta nuestros días, un carromato cargado de pescado acompañó al que llevaba el cuerpo del Khan para evitar que el olor lo delatara. También se dice que, siguiendo una vieja tradición que se practicaba en los funerales de los khanes mongoles, durante el avance de la comitiva se fue ejecutando a todo ser vivo que se cruzaba en su camino.

Se cree que el enterramiento de Gengis Khan se pudiera haber realizado en la zona delimitada entre los ríos Onon y Herlen, y la montaña de Burjan Jaldún, un lugar sagrado para los mongoles y un sitio entrañable para Temujin por haber tenido que ocultarse en ella, para huir de sus enemigos, durante su juventud.

Según reza en la Historia Secreta de los Mongoles, un libro escrito en 1240 tras la muerte del Gran Khan, cuarenta doncellas vírgenes y los cuarenta mejores caballos fueron sacrificados para que acompañaran al difunto en su última morada. Además, algunos de los mejores guerreros también decidieron suicidarse siguiendo así a su jefe. Dicen que, al terminar el enterramiento, más de mil jinetes galoparon varias veces por encima de la tumba hasta que el terreno quedó irreconocible y las marcas del enterramiento desaparecieron. Se cree que todos aquellos que habían participado en la exhumación o que conocían el emplazamiento de la tumba fueron ejecutados y que, posteriormente, también fueron asesinados los ejecutores de estos, para asegurar así que la localización de la última morada del Señor Universal quedara para siempre perdido y envuelto en el misterio.

Quizás motivado por la vieja leyenda según la cual, antes de morir, el propio Gengis Khan auguró que el día en se encontrasen sus restos, la nación mongola desaparecería, lo cierto es que los propios mongoles jamás han facilitado el trabajo de aquellos que, a lo largo de la historia, se han aventurado a su búsqueda. Algunos arqueólogos piensan que, junto a los restos de emperador mongol, envueltos en su armadura y sus armas, también pudiera encontrarse un gran ajuar repleto de riquezas.

Lo cierto es que por unas razones o por otras, la tumba más buscada de la Historia, junto con la de Alejandro Magno, aún no ha sido encontrada, aunque hay quien sospecha que quizás sí y que su situación constituye un auténtico secreto de Estado para las autoridades mongolas, que ponen toda clase de impedimentos para impedir, a toda costa, que el enterramiento sea encontrado.

Según los últimos estudios, es posible que Gengis Khan eligiera la ubicación de su tumba en las inmediaciones de una gran roca, con forma de halcón, situada entre colinas en el pequeño valle de Ustinaam. Las razones que impulsan a creer que la tumba puede encontrarse por aquel lugar, vienen del hecho de que fuera la zona en la que el joven Temujin creció y porque el halcón era el animal totémico de su pueblo paterno, el clan borjiyin. Posteriormente, la figura del halcón lució en sus banderas como emblema del imperio terrestre más grande de la Historia.

En cualquier caso y con el avance de la tecnología, es posible que algún día la noticia del hallazgo de la tumba del que es uno de los personajes más grandes de todos los tiempos, abra todos los informativos y las portadas de los periódicos, un premio con el que muchos sueñan y que constituye uno de los retos más importantes de la arqueología actual. Un logro que, si se consiguiese algún día, aportaría muchas respuestas sobre un personaje que, movido por la necesidad de supervivencia, consiguió unificar a las tribus de la estepa y las lanzó a la conquista del mundo.      

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