martes, 4 de enero de 2022

El galeón Nuestra Señora del Juncal

La Flota de Nueva España y la búsqueda del galeón Nuestra Señora del Juncal



Transcurría el primer tercio del siglo XVII, reinaba Felipe IV y, en Europa, España se hallaba envuelta en la Guerra de los Treinta Años que consumía, no solo la vida de muchos hombres, sino también gran parte de las riquezas procedentes de todos los rincones de un Imperio que se extendía por todo el mundo y en el que, por aquellos tiempos, nunca se ponía el Sol.


Por Ángel Alonso (OLL)

La mayoría del oro y la plata de América se unía en Nueva España a los artículos fruto del comercio con el oriente asiático y que eran transportados, cruzando el Océano Pacífico, a través de la ruta del galeón de Manila. El punto de reunión era el puerto de Veracruz, en la costa atlántica… Allí se embarcaba en la denominada Flota de Nueva España, que partía hacia Cuba, donde se le añadía un buen número de embarcaciones procedentes de diferentes puntos de la América española para, una vez reunidos, desde el puerto de La Habana partir hacia España, con destino a Sevilla, la ciudad más importante del mundo por aquella época y el lugar donde se monopolizaba el comercio con las Indias.

Aquel transporte marítimo, columna vertebral de la economía de la época, estaba controlado por la Corona, navegaba en convoy y sus rutas estaban protegidas por barcos de guerra y fortificaciones litorales. Adaptándose a los vientos y a las épocas del año, la Flota de Nueva España paraba lo imprescindible, transportando a la ida azogue, productos agrarios y manufacturas europeas y, en el tornaviaje desde La Habana a Sevilla, caudales de oro y plata, junto con productos como grana cochinilla, cacao, cueros, carey y manufacturas asiáticas, principalmente, seda y cerámica china.

De cuando en cuando, la fuerza de los elementos y también, aunque en contadas ocasiones, la codicia de los piratas, se cobraban algún tributo, por lo que la necesidad de nuevos barcos, para suplir las pérdidas, era continua.

Ello hizo que el destino del galeón más grande del momento, el Nuestra Señora del Juncal, fuese el de acabar sirviendo como nao capitana de la Flota de Nueva España, algo para lo que no fue concebido y que, a pesar de sus muchas adaptaciones y mejoras, a lo que habría que sumar un cúmulo de malas decisiones, le sentenció a desaparecer, engullido por el mar, en el anochecer del 31 de octubre de 1631, en medio de una violenta tempestad y separado del resto la Flota, cuando navegaba desde Veracruz a La Habana.

Al día siguiente, tan solo 39 supervivientes del Juncal fueron localizados navegando sin rumbo en una maltrecha lancha. Por ellos se supo que el mismo destino había corrido el Santa Teresa, sin supervivientes… y algo diferente el San Antonio que, al encallar en la costa de Yucatán, consiguió salvar a todos sus pasajeros y tripulación.

En 1670, apenas treinta años después del naufragio del Juncal y con los medios de la época, se tomó la decisión de tratar de localizarlo y rescatar su valiosa carga, pero ni siquiera se llegó a intentar hasta 1983… Desde entonces y hasta el día de hoy, al menos públicamente, nada se sabe de la que fuera nao capitana de la Flota de Nueva España. 

En la actualidad Méjico y España han unido sus fuerzas en un proyecto conjunto y comparten la apasionante aventura de la búsqueda del galeón Nuestra Señora del Juncal.

Objetivo: La Luna - Programa 562 - Edición Especial

Exposición "La Flota de Nueva España y la búsqueda del galeón Nuestra Señora del Juncal"

«El Juncal», el galeón que nunca debió zarpar

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