jueves, 3 de marzo de 2022

Governoren

Atrapado en el hielo

La primera visión del Governoren es inquietante. Sobre un paisaje minimalista de agua y hielo surge la cabeza de un monstruo marino, abandonado y herido por el paso del tiempo. Su proa, erguida sobre la superficie y afilada como una cuchilla, parece dispuesta a derribar las enormes paredes de hielo que lo circundan: las puertas de la Antártida.


Por Sergio Hanquet (OLL)

Dejamos atrás el Cabo de Hornos y el Pasaje Drake. Llevamos dos días de navegación enfrentándonos a las olas más grandes del mundo, o al menos eso maldicen nuestros estómagos.

A pesar de esta dura travesía que llegó a escorar nuestro buque de investigación, el Ice Lady Patagonia, más de 52 º, nuestros cuerpos cansados reviven al avistar la isla Smith, con sus 2042 metros de altura envuelto en un eterno manto blanco, y los primeros témpanos flotando en el mar: estamos en la Antártida.

La primera inmersión para familiarizarnos con el frío antártico la hacemos en Bahía Escurra, un punto señalado en el mapa por nuestro hombre de mando, el historiador Carlos Vairo, como un posible asentamiento donde encontrar vestigios sumergidos. Nuestro objetivo es recopilar información sobre la actividad ballenera que se practicaba en las Islas Shetland del Sur hace más de un siglo. Pero nuestra primera búsqueda fue una decepción, a pesar de que mis compañeros de buceo, Pinino y Mariano, se empeñaron en seguir su propósito durante más de una hora a pulmón libre (en la orilla y en superficie) yo no me atreví a tanto. Para serles sincero, los 25 minutos que pasé sumergido junto a ellos me pareció tiempo más que suficiente para darme cuenta de la dificultad que entraña el buceo en hielo… El frío se clava en las mejillas como miles de alfileres, y a los diez minutos los dedos se entumecen como engranajes viejos. Aún me faltaba preparación y aptitud para enfrentarme a las heladas aguas antárticas.

¡Rumbo al puerto natural Svend Foyn! Fue bautizado así por los cazadores noruegos que trabajaban allí en memoria del inventor del cañón de punta explosiva para cazar ballenas. Es una navegación compleja, ya que en la entrada de la bahía hay un enorme bajío rocoso que surge del fondo hasta apenas unos metros bajo la superficie; sin contar con los icebergs a la deriva que pueden frustrar las maniobras de acercamiento.

Desde la zodiac abrimos paso al Ice Lady. En una maniobra, a mi entender, muy arriesgada nuestro capitán Jorge May decide abarloventar el Ice Lady al Governoren, barco factoría de 114 metros de eslora parcialmente hundido, después de sufrir un incendio en sus calderas. Les puedo asegurar que, con esta maniobra, Jorge no solo demostró su maestría, sino también el tener un par de… La sonda marca tan solo 4,30 metros de profundidad, cuando nuestro buque tiene 4 metros de calado. Es más: con la zodiac llegamos a tocar fondo con la hélice en donde el Ice Lady dejo su proa firme hasta el día siguiente. ¡Chapeau! La idea de Jorge era clara, estar justo encima del lugar de exploración para ser lo más operativo posible, varias inmersiones en parejas y echar al agua el robot con cámara submarina para filmar los rincones más inaccesibles del pecio. El Gorvernoren lleva casi 100 años hundido. A pesar del tiempo transcurrido, sólo algunos privilegiados lo han explorado, entre ellos los buzos del Equipo Cousteau, los de la anterior expedición del Ice Lady y pocos más. 

La inspección del pecio confirmó nuestras expectativas en cuanto a su buen estado de conservación y limitado saqueo. Encontramos en su interior puntas explosivas para arpones -algunas usadas y otras sin uso en estibas separadas-, las bodegas cargadas de barriles, aún, llenos de grasa de ballena, y lo más emocionante: multitud de objetos personales y accesorios de la tripulación. Mientras realizábamos nuestras inmersiones, otro equipo rastreaba toda la bahía, marcando otros vestigios pertenecientes a la actividad, ya casi olvidada, de la caza de ballenas. ¿Cuántas ballenas murieron a manos del Governoren? No lo sé, pero aún quedan. Nada más zarpar son los cantos y saltos de las yubartas quienes nos despiden de la isla Nanzen.     

 FICHA TÉCNICA DEL PECIO 

Nombre: Governoren.

Origen: Noruega.

Lugar de construcción: Peregrinos & S.a., Newcastle, Inglaterra.

Año de construcción: 1891.

Fecha del hundimiento: 27 de enero 1915.

Clase: buque factoría.

Eslora: 114 metros.

Manga: 12 metros.

Situación geográfica del hundimiento: Islas Nansen – Pto. Svend Foyn (Antártida).

Causa del hundimiento: incendio de las calderas. 

1 comentario:

  1. Amo lo que ustedes hacen usualmente. ¡Este tipo de trabajo inteligente y informes! Sigan con el trabajo muy bueno, los he incorporado a mi blogroll. Traductor Jurado Sevilla

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